lunes, 10 de enero de 2011

El trasluz de unos ojos

Un trasluz de los verdaderos ojos,
Que han roto con la hoja rauda que pasó ante ellos,
Que jamás fueron sincerados por el viento que pasó quisquilloso por el rostro.
Ha sido la vista última de una realidad que creíamos incierta,
Pero era más certera de lo que podíamos ver,
Más clara de lo que podíamos sentir alguna vez.
Verdaderos ojos que quisiéramos romper,
Anular con cada paso que damos en un sendero sin destino.
El sentir de una mano empuñada, los dientes apretados,
El golpe sin destino, el grito abrumador.
Desenmascaramos la risa cínica,
La risa inconsolable que aparecía sin motivos,
Que no se sentía del modo perfecto.
La unión discorde al momento, el momento discontinuo del caminar,
La carcajada silenciosa,
Que no dejaba ver los ojos sinceros, la mirada verdadera,
La decepción de caer todo lo que creíamos,
Un caer constante de situaciones falsas.
Al final de este caminar,
Encontramos un trasluz,
Un trasluz de unos ojos verdaderos,
Que revelaba todo lo que antes creíamos real.