Los recuerdos y las risas se comenzaron a cerrar en ese momento, la despedida. Uno a uno fueron cayendo a mi mente los recuerdos con cada personaje de estas tierras penquistas que llevo conociendo dos años, algunos de ellos quizás jamás volveré a ver.
La ansiedad me seguía matando, la convicción me sigue empujando, la despedida esta a punto de hacerse presente. Uno a uno cada personaje estrechaba mi mano y con un "Que estés bien", un "Éxito" o un infalible "Cuídate" en conjunto con un abrazo. Las despedidas no habían comenzado ahí, una semana antes ya estaba presente, con su incomodidad en los brazos. Siempre la incomodidad presente con ese sentimiento de no saber qué decir, ni cómo reaccionar, sabiendo que tú eres el que te vas. Yo prefiero tomar mi mochila de recuerdos y el puñado de risas que obtuve por estas tierras que no olvidaré jamás, donde mi lápiz y mi papel jamás dejaron de funcionar.
La despedida es un hecho que la gente evita por lo general y creo que tienen razón, a mi en ese sentido la despedida tiene un valor significativo, resume los logros, lazos que armaste en un determinado lugar.
Hoy, mañana y pasado mañana, la despedida se hará presente, yo no la vacilaré, no escaparé de ella con excusas baratas. Creo que es la hora de despedirme de este lugar como corresponde, escribiendo y dedicándole unas palabras a una ciudad que le tengo mucho cariño, Concepción y en conjunto a la gente que conocí aquí.