Frente al árbol de ese entonces deshojado,
pateando un par de piedras para rememorar el momento.
Silenciosos los que estaban el día aquel,
Ruidosos los que llegaron al encuentro de hoy.
Me llamó la atención que el árbol hay recuperado sus hojas,
Sin embargo yo todavía no las mías.
Saboreando los nuevos desafíos sobre el caballo de cristal,
Ese que da desconfianza al andar,
Y se borra sin siquiera avisar.
Timidez por saber si subir o no al caballo,
La bohemia no es la respuesta amigo,
Me dijo un viejo por ahí.
Avancé en reversa y llegué a un nuevo lugar,
De esos sitios que te albergan un tiempo y no te das cuenta de ello.
Cada uno con su vida digo yo desde aquí,
Niños juegan sin saber la mía.
Las letras me trajeron hasta aquí,
Y pronto a otro lugar.
Me declaro un analfabeto de este mundo,
Pero un nómada gracias a las palabras.