La herramienta de la ironía,
El juez entrega su última sentencia, su última palabra.
Reían las flores escuchando al viejo con sotana,
Se escuchaban los sarcasmos de la televisión cada vez más cagada,
Se miraban asustados lo imputados de la inocencia.
Zigzagueaban los sentidos,
Se sentía el aire más frío,
El martillo alzado con el aire de la última palabra.
Quién sabrá si será él culpable,
O quizás un cómplice más de los vicios irremediables.
No sabremos si será un Guevara o una Parra,
Pero ojalá que no se quede callada.
El sonido del martillo con la madera,
Una respuesta inconclusa llega.
Al final sólo con la sentencia nos quedaremos,
Nacer en la plataforma de este mundo,
Cargado en egoísmo y ambición.
Quedarán dos caminos para aquel desde hoy,
Vivir con la mentira en la frente,
O combatirla por un mundo diferente.