sábado, 14 de noviembre de 2015

Los terroristas del mañana

¿Sabes que odio del término “Terroristas”? Es que se use sólo para determinados casos, pero cuando la violencia es ejercida por alguna de las potencias, se considere como medios para salvaguardar la paz.

Al margen de eso me cuesta un poco prejuzgar a los personajes que cometieron los atentados en París, pero inevitablemente categorizamos a las personas, porque tendemos al ahorro cognitivo. En ese sentido tenemos a personas dentro de una posición religiosa e indiscutiblemente política, con un fanatismo frenético al nivel de matar(se) por su convicción. En lo que mi opinión se refiere, aferrarse a una religión no tiene nada de malo en principio, hasta que esa religión absorbe tu identidad propia que tiende a mostrar un bajo autoestima, poca creatividad y un valoración propia bajísima, que terminas por aferrarte a algo más grande para sentirte parte, al no tener la idea de poder sobrellevar el mundo por ti mismo, no tener capacidad de autodefenderte para la subsistencia de la vida en sociedad, sin vulnerar los derechos de los demás. En esta búsqueda de algo más grande puede llevar a mostrar la esencia del ser humano que deja en evidencia una de sus grandes debilidades, la autoridad, que pasa a predominar incluso en tus pensamientos, y terminamos siendo moldeados a gusto de una doctrina para hacer lo que sea en base a una  convicción supuesta.

Como principio siempre he tenido en cuenta el proverbio “Ubuntu”, que significa “Soy porque nosotros somos”, el cual sólo me hace pensar que todas las problemáticas del mundo son generadas por las personas y sus relaciones. Cada uno nace, crece y se muere conviviendo constantemente con otros seres humanos, cuyos vínculos van formando nuestras maneras de pensar, nuestras experiencias y nuestras formas de comportarnos frente al mundo. Por lo tanto creo indefectiblemente que para encontrar el origen de todas estas problemáticas tenemos que remontarnos a los principios del hombre en sociedad, que nos entregará evidencias de lo que éramos y seguimos siendo en términos sociales. Desde una constante desigualdad, que lleva inevitablemente a los prejuicios y concluye en un etiquetamiento, que siempre tendió a la estigmatización de un grupo y por lo tanto a la segregación, que finalmente determina el surgimiento de nuevos modos de pensar para aferrarse a algo y tener alguna ilusión de que todo puede cambiar.

Finalmente concluyo que todo  lo que refiere a los atentados en París va a quedar en una discusión de política internacional, en la cual se van a ver enfrentados lo grandes bloques de potencias dentro del consejo de seguridad de la ONU, que sólo mostrara la realidad de nuestra relaciones humanas. Mientras nosotros seguiremos construyendo una realidad donde están los nosotros y lo ellos, señalando a ciertos grupos determinados a través de nuestros comportamientos y los medios de comunicación, segregándolos, estigmatizándolos, y culpándolos por todo lo que sucede en la sociedad, como reflejo de un comportamiento global. Creo que me siento totalmente culpable cuando esos mismos “Ellos” sean a los que llamemos terroristas mañana.