Amiga gravedad ven a cambiar roles conmigo,
Para darle a la hormiga laboriosa una mano solidaria.
Y es que la reina no se detiene,
Pide y pide, siendo la que más tiene.
Sincera primavera entrégame tus colores,
Quizás si te los pido de manera agradable,
El desierto florido sería constante,
Y tu mirada, inagotable.
Clarividente sol,
Dame unos rayos de ceguera,
Para ver un par de verdades,
El futuro sería clave.
Te cedo a ti, silenciosa luna,
La discreción de todo esto,
Quién mejor que tú guardando el secreto,
A quien adivine, le puedes ceder tu puesto.
Señoras emociones, les propongo un juego,
Ustedes se esconden a la cuenta de diez,
Me tardaré un poco en contar,
Y después yo las tendré que buscar.
Querido miedo que a veces todo lo quieres,
Dile a la hormiga que ya puede saber,
Que tú inventaste a su reina,
Sólo para tener un poco de fiesta.
Vida amada que sólo sabe vivir,
Te cuento que a mi me encanta existir.
Dame tiempo para decirle,
Hablaré con la hormiga para un consejo pedirle.
A usted señor lector le pido paciencia,
Sin ella el secreto se impacienta.
La locura de las letras,
Es la cordura de mi cabeza.