El día que no sucedió, mente dispersa que lo inventó.
Divagando en los libros viejos, escribiendo en los nuevos,
Algunas historias que no pasaron.
Aquel día que no te conocí, unos años antes de entenderte,
Lo que ya no soy, volvió para decirte lo que no me atrevía.
La valentía del recuerdo sólo hacía la ceguera invasiva,
Tu mirada parecía impenetrable a mis palabras.
La reciprocidad jugaba a la escondidas, mala suerte la mía,
Mientras que las letras no volaron con sentir.
Mis memorias eran más selectivas,
Veía tus ojos para no escribir temores.
Hacía frío, temblabas para pedir un abrazo,
Mientras yo me cansaba de pensarlos.
Hice menos de lo que quería, o tal vez más de lo que podía,
Pasado risueño del mes que no existió.
Sólo si hubiese escrito lo que callabas a momentos,
Probablemente nos estaríamos riendo,
De los momentos que no sucedieron,
Del cuánto esperé para verte.
Esperé a que las horas se burlaran de mi rutina,
Sólo para que las precauciones se vayan de tu vida.
Si no soñara en los días que no vivo,
Quizás podría esperar a estar contigo.