¿Sabes que odio del término
“Terroristas”? Es que se use sólo para determinados casos, pero cuando la
violencia es ejercida por alguna de las potencias, se considere como medios
para salvaguardar la paz.
Al margen de eso me cuesta un
poco prejuzgar a los personajes que cometieron los atentados en París, pero
inevitablemente categorizamos a las personas, porque tendemos al ahorro
cognitivo. En ese sentido tenemos a personas dentro de una posición religiosa e
indiscutiblemente política, con un fanatismo frenético al nivel de matar(se)
por su convicción. En lo que mi opinión se refiere, aferrarse a una religión no
tiene nada de malo en principio, hasta que esa religión absorbe tu identidad
propia que tiende a mostrar un bajo autoestima, poca creatividad y un valoración
propia bajísima, que terminas por aferrarte a algo más grande para sentirte
parte, al no tener la idea de poder sobrellevar el mundo por ti mismo, no tener
capacidad de autodefenderte para la subsistencia de la vida en sociedad, sin
vulnerar los derechos de los demás. En esta búsqueda de algo más grande puede
llevar a mostrar la esencia del ser humano que deja en evidencia una de sus
grandes debilidades, la autoridad, que pasa a predominar incluso en tus
pensamientos, y terminamos siendo moldeados a gusto de una doctrina para hacer
lo que sea en base a una convicción
supuesta.
Como principio siempre he tenido
en cuenta el proverbio “Ubuntu”, que significa “Soy porque nosotros somos”, el
cual sólo me hace pensar que todas las problemáticas del mundo son generadas
por las personas y sus relaciones. Cada uno nace, crece y se muere conviviendo
constantemente con otros seres humanos, cuyos vínculos van formando nuestras
maneras de pensar, nuestras experiencias y nuestras formas de comportarnos
frente al mundo. Por lo tanto creo indefectiblemente que para encontrar el
origen de todas estas problemáticas tenemos que remontarnos a los principios
del hombre en sociedad, que nos entregará evidencias de lo que éramos y
seguimos siendo en términos sociales. Desde una constante desigualdad, que
lleva inevitablemente a los prejuicios y concluye en un etiquetamiento, que
siempre tendió a la estigmatización de un grupo y por lo tanto a la
segregación, que finalmente determina el surgimiento de nuevos modos de pensar
para aferrarse a algo y tener alguna ilusión de que todo puede cambiar.
Finalmente concluyo que todo lo que refiere a los atentados en París va a
quedar en una discusión de política internacional, en la cual se van a ver
enfrentados lo grandes bloques de potencias dentro del consejo de seguridad de
la ONU, que sólo mostrara la realidad de nuestra relaciones humanas. Mientras
nosotros seguiremos construyendo una realidad donde están los nosotros y lo
ellos, señalando a ciertos grupos determinados a través de nuestros comportamientos
y los medios de comunicación, segregándolos, estigmatizándolos, y culpándolos
por todo lo que sucede en la sociedad, como reflejo de un comportamiento
global. Creo que me siento totalmente culpable cuando esos mismos “Ellos” sean
a los que llamemos terroristas mañana.