Los días pasaban de pronto,
Sembraba plantaciones de miedos.
Cada tanto pescaba un par de sueños,
Para comer un par de convicciones.
Era una isla sociable,
A veces hablaba con mi memoria,
Otros días con mi alegría,
A veces con las penas.
Aún no era claro por qué llegué hasta aquí,
Quizás naufragué en la esperanza,
Mi inconsciente me dijo que se estrellaron mis impulsos,
O a veces pensaba que nadé entre las incoherencias.
La única certeza, era un sobreviviente,
Cada tanto reía con la suerte.
Todo era muy exigente,
Desde el sol a la luna,
Desde día hasta noche.
Nunca tuve mínima noción del tiempo,
El reloj del momento, la imaginación.
La creación de una estructura,
La idea más pura.
En las noches hablaba con el silencio,
A veces llegaba el frío a charlar.
Mientras el cielo soplaba estrellas,
Y dejaba cada fortaleza.
No existía nadie más como yo,
Más que mi mismo recordándome lo que soy.
A veces me miraba de frente,
Para que el cansancio no quisiese descansar.
Cada tanto tomaba un sorbo de propuestas,
Capaz salían metas a lograr.
A veces jugaba con las promesas,
Siempre me ganaba en las apuestas.
No existía nadie más como yo,
Pasaba los días recordándome lo que soy.
Y ésta isla no se detiene,
Habla mucho de lo que eres.
Cada quien tiene su isla mental,
Quizás la de algunos viene y va.
La mía está hoy pensando,
En qué estará la tuya mañana.
sábado, 22 de noviembre de 2014
Manos Desatadas
Dime dónde vas,
Ya no queda más que soñar.
Sólo dime si me buscas,
Quizás te puedo ayudar.
Cada ves te alejas,
Pero tranquila, nada te pasará.
Cada vez que duerma volverás,
Pero despídete al despertar.
Sólo te quería atrapar,
Un ratito para ver si puedes volar.
En la madrugada,
Te volveré a ganar.
Quizás puedas venir a jugar,
Ya no tienes por qué pelear.
Jamás te podría juzgar,
Sólo si te puedo abrazar.
Tomaste mi mano de niño,
Es lo que no quiero olvidar.
Sin pero, ni por qué,
Ya no me tienes que cuidar.
Es hora de ir a juntar,
A los que se tuvieron que separar.
Corazones que se tienen que mirar,
Como flores a punto de brotar.
Quizás en las nubes será,
O en los espejos de sal.
Pero sólo te pido, que de vez en cuando,
En cada sueño,
Vengas a conversar.
domingo, 21 de septiembre de 2014
Ella y La Primavera
Qué singular hecho éste! Digo, el de la primavera,
Que llega sin pedir invitación,
Te deja unos te quiero perdidos,
Y reparte versos a quien los pida.
Qué mal compañera esa! La primavera,
Que deja al invierno llorar sin compañía,
Al otoño lo deja callado y sin color,
Y al verano cocinarse en su egoísmo.
Qué esquiva aquella en su mirada!
Primavera sonriente que no mira,
Como si ocultase algo en sus ojos,
O tuviese miedo de reírse.
Qué sobrevalorada es ella! La primavera,
Como si las flores no encontrasen su lugar,
Como si las lluvias no quisieran cantar,
Y como si el refresco no encontrase un boca que abrazar.
Qué nociva es esta primavera!
El polen nos quiere matar,
Cada flor nos hace estornudar,
Y tu abrazo no me puede encontrar.
Qué extraño suceso éste!
Como si con un solsticio no bastara,
Como si tres meses fueran suficientes,
Que para esperar otros nueve la vida cambia.
Qué intensa es la primavera que se viene!
Cada flor que escribirá ésta historia,
Un abrazo que me encontrará,
Una mirada que ésta vez, no me esquivará.
Qué inesperada visita ésta!
Vuelve como cada año sin invitación,
Como si en mis manos estuviese,
Quererla como si fuese la primera,
Y vivirla como si fuese la última.
Ésta es, mi primavera.
Que llega sin pedir invitación,
Te deja unos te quiero perdidos,
Y reparte versos a quien los pida.
Qué mal compañera esa! La primavera,
Que deja al invierno llorar sin compañía,
Al otoño lo deja callado y sin color,
Y al verano cocinarse en su egoísmo.
Qué esquiva aquella en su mirada!
Primavera sonriente que no mira,
Como si ocultase algo en sus ojos,
O tuviese miedo de reírse.
Qué sobrevalorada es ella! La primavera,
Como si las flores no encontrasen su lugar,
Como si las lluvias no quisieran cantar,
Y como si el refresco no encontrase un boca que abrazar.
Qué nociva es esta primavera!
El polen nos quiere matar,
Cada flor nos hace estornudar,
Y tu abrazo no me puede encontrar.
Qué extraño suceso éste!
Como si con un solsticio no bastara,
Como si tres meses fueran suficientes,
Que para esperar otros nueve la vida cambia.
Qué intensa es la primavera que se viene!
Cada flor que escribirá ésta historia,
Un abrazo que me encontrará,
Una mirada que ésta vez, no me esquivará.
Qué inesperada visita ésta!
Vuelve como cada año sin invitación,
Como si en mis manos estuviese,
Quererla como si fuese la primera,
Y vivirla como si fuese la última.
Ésta es, mi primavera.
lunes, 25 de agosto de 2014
Contando y Los Por Qué
Conté cada
paso hasta el camino a tu casa,
Como si eso
acortara la distancia por momentos.
Reí con la
cuenta imperfecta,
Como si cada
huella fuese una historia contada.
Cuatro
millones ciento sesenta y siete mil quinientos,
Y la cuenta
se iba desvaneciendo a cada tanto.
Mientras tú
contabas cada estrella,
Cada
palabra.
La noche se
cerraba de a poco,
A cuentas y
más cuentas.
Ciento
veinticinco son los soles que faltan,
Mientras tú
dormías en las lunas.
Cinco son
los sentidos de mi memoria,
Que se
perdía entre mis por qué,
Zigzagueaba
en los peros,
Se refugiaba
en los después.
Tres eran
las luces que saltaban,
Primaveras
que pasaban,
Otoños que
reían,
Hojas que no
se quedaban.
Diez fueron
los intentos de escribirte,
Los papeles
volaban entre las cartas,
Sin
remitente, ni dirección,
Más que los
pasos que contaba.
Ciento
sesenta y siete latidos de mi lápiz,
La cuenta de
las palabras que me diste,
Un corazón
que elegiste,
Un sentido
por el que sonreíste.
jueves, 17 de julio de 2014
De abajo hasta arriba
Ahí estaba yo, más arriba de los arribas,
Más alto de las alturas,
Con menos temores que miedo,
Más consciente que maduro.
Tan arriba que no escuchaba tus voces,
Tus múltiples voces y caretas.
Estaba tan alto que no miraba tus ojos,
Tus cambios de mirada intrigantes.
El blanco cubre los arribas,
La nubes tapan tu sonrisa por suerte.
El sol pega de frente,
Te descuidas un minuto y se esconde.
Cada tanto miro de reojo el mapa que me diste,
Para calmar la ansiedad del tiempo.
Acá en los arribas veo las vidas de los abajos,
Me siento ajeno a sus temores.
El mundo paralelo desde el aire,
Que de un vino a otro bajo a tu viña.
La bohemia se empoderó cada día,
De su esencia hasta su gente.
La simpatía de los añorables,
El humor e incomprensión,
Sumergido por la amistad inquebrantable.
A veces la memoria jugaba de mal humor.
Los destinos cambian a cada momento,
De los arribas a los abajos,
De los nortes a los sur,
Y cambiaba pasajes por momentos.
Desconcertado estaba el tiempo,
Ir más lentos,
Y de los abajos volver a los arribas,
Donde la vida pasa en momentos.
Más alto de las alturas,
Con menos temores que miedo,
Más consciente que maduro.
Tan arriba que no escuchaba tus voces,
Tus múltiples voces y caretas.
Estaba tan alto que no miraba tus ojos,
Tus cambios de mirada intrigantes.
El blanco cubre los arribas,
La nubes tapan tu sonrisa por suerte.
El sol pega de frente,
Te descuidas un minuto y se esconde.
Cada tanto miro de reojo el mapa que me diste,
Para calmar la ansiedad del tiempo.
Acá en los arribas veo las vidas de los abajos,
Me siento ajeno a sus temores.
El mundo paralelo desde el aire,
Que de un vino a otro bajo a tu viña.
La bohemia se empoderó cada día,
De su esencia hasta su gente.
La simpatía de los añorables,
El humor e incomprensión,
Sumergido por la amistad inquebrantable.
A veces la memoria jugaba de mal humor.
Los destinos cambian a cada momento,
De los arribas a los abajos,
De los nortes a los sur,
Y cambiaba pasajes por momentos.
Desconcertado estaba el tiempo,
Ir más lentos,
Y de los abajos volver a los arribas,
Donde la vida pasa en momentos.
miércoles, 28 de mayo de 2014
Locura con cordura
Amiga gravedad ven a cambiar roles conmigo,
Para darle a la hormiga laboriosa una mano solidaria.
Y es que la reina no se detiene,
Pide y pide, siendo la que más tiene.
Sincera primavera entrégame tus colores,
Quizás si te los pido de manera agradable,
El desierto florido sería constante,
Y tu mirada, inagotable.
Clarividente sol,
Dame unos rayos de ceguera,
Para ver un par de verdades,
El futuro sería clave.
Te cedo a ti, silenciosa luna,
La discreción de todo esto,
Quién mejor que tú guardando el secreto,
A quien adivine, le puedes ceder tu puesto.
Señoras emociones, les propongo un juego,
Ustedes se esconden a la cuenta de diez,
Me tardaré un poco en contar,
Y después yo las tendré que buscar.
Querido miedo que a veces todo lo quieres,
Dile a la hormiga que ya puede saber,
Que tú inventaste a su reina,
Sólo para tener un poco de fiesta.
Vida amada que sólo sabe vivir,
Te cuento que a mi me encanta existir.
Dame tiempo para decirle,
Hablaré con la hormiga para un consejo pedirle.
A usted señor lector le pido paciencia,
Sin ella el secreto se impacienta.
La locura de las letras,
Es la cordura de mi cabeza.
Para darle a la hormiga laboriosa una mano solidaria.
Y es que la reina no se detiene,
Pide y pide, siendo la que más tiene.
Sincera primavera entrégame tus colores,
Quizás si te los pido de manera agradable,
El desierto florido sería constante,
Y tu mirada, inagotable.
Clarividente sol,
Dame unos rayos de ceguera,
Para ver un par de verdades,
El futuro sería clave.
Te cedo a ti, silenciosa luna,
La discreción de todo esto,
Quién mejor que tú guardando el secreto,
A quien adivine, le puedes ceder tu puesto.
Señoras emociones, les propongo un juego,
Ustedes se esconden a la cuenta de diez,
Me tardaré un poco en contar,
Y después yo las tendré que buscar.
Querido miedo que a veces todo lo quieres,
Dile a la hormiga que ya puede saber,
Que tú inventaste a su reina,
Sólo para tener un poco de fiesta.
Vida amada que sólo sabe vivir,
Te cuento que a mi me encanta existir.
Dame tiempo para decirle,
Hablaré con la hormiga para un consejo pedirle.
A usted señor lector le pido paciencia,
Sin ella el secreto se impacienta.
La locura de las letras,
Es la cordura de mi cabeza.
jueves, 22 de mayo de 2014
El día que no sucedió
El día que no sucedió, mente dispersa que lo inventó.
Divagando en los libros viejos, escribiendo en los nuevos,
Algunas historias que no pasaron.
Aquel día que no te conocí, unos años antes de entenderte,
Lo que ya no soy, volvió para decirte lo que no me atrevía.
La valentía del recuerdo sólo hacía la ceguera invasiva,
Tu mirada parecía impenetrable a mis palabras.
La reciprocidad jugaba a la escondidas, mala suerte la mía,
Mientras que las letras no volaron con sentir.
Mis memorias eran más selectivas,
Veía tus ojos para no escribir temores.
Hacía frío, temblabas para pedir un abrazo,
Mientras yo me cansaba de pensarlos.
Hice menos de lo que quería, o tal vez más de lo que podía,
Pasado risueño del mes que no existió.
Sólo si hubiese escrito lo que callabas a momentos,
Probablemente nos estaríamos riendo,
De los momentos que no sucedieron,
Del cuánto esperé para verte.
Esperé a que las horas se burlaran de mi rutina,
Sólo para que las precauciones se vayan de tu vida.
Si no soñara en los días que no vivo,
Quizás podría esperar a estar contigo.
Divagando en los libros viejos, escribiendo en los nuevos,
Algunas historias que no pasaron.
Aquel día que no te conocí, unos años antes de entenderte,
Lo que ya no soy, volvió para decirte lo que no me atrevía.
La valentía del recuerdo sólo hacía la ceguera invasiva,
Tu mirada parecía impenetrable a mis palabras.
La reciprocidad jugaba a la escondidas, mala suerte la mía,
Mientras que las letras no volaron con sentir.
Mis memorias eran más selectivas,
Veía tus ojos para no escribir temores.
Hacía frío, temblabas para pedir un abrazo,
Mientras yo me cansaba de pensarlos.
Hice menos de lo que quería, o tal vez más de lo que podía,
Pasado risueño del mes que no existió.
Sólo si hubiese escrito lo que callabas a momentos,
Probablemente nos estaríamos riendo,
De los momentos que no sucedieron,
Del cuánto esperé para verte.
Esperé a que las horas se burlaran de mi rutina,
Sólo para que las precauciones se vayan de tu vida.
Si no soñara en los días que no vivo,
Quizás podría esperar a estar contigo.
miércoles, 26 de marzo de 2014
Semilla de Otoño
Cada año plantaba la misma semilla otoñal,
Una mirada para recordar.
Las hojas caían para dispersar,
La vida corría con un frío invernal.
La seriedad se plantó en sus ojos,
Con la esperanza de caer a la realidad.
Quizás encontrando un nuevo otoño,
O recogiendo un par de hojas para guardar.
La cebada no era un factor más,
Era el punto de inflección para la cosecha,
El material necesario para una sonrisa,
Pasajero oportuno del disfraz.
Cada segundo equivocado,
Seguramente distraído por el reloj equivocado.
El otoño confundido miraba hacia atrás,
Las sonrisas no querían avanzar.
Era la rutina otoñal,
Pero era un tiempo para cambiar,
No sabemos si por otra semilla,
Pero es lindo improvisar.
Era las hojas que había que limpiar,
Los escondites para poder verte.
La semillas de la próxima primavera,
Y dejar la anterior atrás.
Mientras el viento seguía siendo el color de la razón,
En este otoño que me mata,
Y aveces me habla de tu piel,
Un par de palabras manchadas.
Regálame una semilla de miradas,
Pétalos de palabras,
Un ramo de sonrisas,
Y una razón para mañana.
Una mirada para recordar.
Las hojas caían para dispersar,
La vida corría con un frío invernal.
La seriedad se plantó en sus ojos,
Con la esperanza de caer a la realidad.
Quizás encontrando un nuevo otoño,
O recogiendo un par de hojas para guardar.
La cebada no era un factor más,
Era el punto de inflección para la cosecha,
El material necesario para una sonrisa,
Pasajero oportuno del disfraz.
Cada segundo equivocado,
Seguramente distraído por el reloj equivocado.
El otoño confundido miraba hacia atrás,
Las sonrisas no querían avanzar.
Era la rutina otoñal,
Pero era un tiempo para cambiar,
No sabemos si por otra semilla,
Pero es lindo improvisar.
Era las hojas que había que limpiar,
Los escondites para poder verte.
La semillas de la próxima primavera,
Y dejar la anterior atrás.
Mientras el viento seguía siendo el color de la razón,
En este otoño que me mata,
Y aveces me habla de tu piel,
Un par de palabras manchadas.
Regálame una semilla de miradas,
Pétalos de palabras,
Un ramo de sonrisas,
Y una razón para mañana.
miércoles, 12 de marzo de 2014
Espejos de Sal
Los espejos de sal,
Que retratan lo que menos puedes esperar,
La inmensidad de un rostro contento,
Las lágrimas saladas que caen y se pueden contar.
Huellas desvanecidas de viejos amigos,
Mientras las penas van quedando atrás.
Aquí las miradas no mienten,
Por eso se ocultan a cada tanto para no ser evidentes.
Nuevos conocidos como viejos amigos,
Las ironías del espejo,
Historias que no quisiera contar,
Palabras que desearon salir.
Era el cielo de los más ingenuos,
El paraíso para los más creyentes,
La Pachamama para otros,
La vida misma quizás.
Las nubes casi las podía tocar,
El horizonte no apareció jamás,
Agorafobia? ni hablar,
Sonrisas y risas para cautivar.
Era un viaje digno de un sueño,
O un sueño digno de viajar.
El sol aparecía a cada tanto,
Recordaba la lucidez de nuestro camino.
Y ahí estaba yo a manos abiertas,
Sin saber volar por las montañas,
Pero al parecer el camino era libre en los espejos de sal,
La vida es un espejo de sal, Salud.-
Que retratan lo que menos puedes esperar,
La inmensidad de un rostro contento,
Las lágrimas saladas que caen y se pueden contar.
Huellas desvanecidas de viejos amigos,
Mientras las penas van quedando atrás.
Aquí las miradas no mienten,
Por eso se ocultan a cada tanto para no ser evidentes.
Nuevos conocidos como viejos amigos,
Las ironías del espejo,
Historias que no quisiera contar,
Palabras que desearon salir.
Era el cielo de los más ingenuos,
El paraíso para los más creyentes,
La Pachamama para otros,
La vida misma quizás.
Las nubes casi las podía tocar,
El horizonte no apareció jamás,
Agorafobia? ni hablar,
Sonrisas y risas para cautivar.
Era un viaje digno de un sueño,
O un sueño digno de viajar.
El sol aparecía a cada tanto,
Recordaba la lucidez de nuestro camino.
Y ahí estaba yo a manos abiertas,
Sin saber volar por las montañas,
Pero al parecer el camino era libre en los espejos de sal,
La vida es un espejo de sal, Salud.-
jueves, 16 de enero de 2014
Pandora tenía razón
Las huellas seguían mis pasos sin mayores prejuicios,
Pandora le daba una oportunidad a su esperanza,
Quién podría saber si era una trampa,
O una anécdota más de este viaje.
Una hoja media rota y un lápiz a mal traer,
Unas palabras al viento y un paisaje ideal,
Unos clichés baratos y a vender,
O quizás unas cuantas verdades para incentivar.
Se escuchaban las voces del mar,
Quizás exigiéndole a Beethoven que vuelve a escuchar,
O sugiriéndome a mi que no me vuelva sordo,
Para escribir a cada tanto.
Unas montañas color sepia,
Kilómentros de caminata en arena,
Una centena de peces queriendo ser pescados,
Y unos pescadores esperando ser comidos.
En mi cabeza sonaba Violeta,
La misma Parra suicida,
Y me cuestionaba el talento perdido,
La cobardía o valentía, yo no lo haría.
Unos bichitos saltaban en momentos,
Y recordaba el efecto mariposa,
Pensaba en todos los fotogramas de mi vida,
La perfección del presente.
Era un viaje diferente,
Añoraba los tragos del ayer,
Que son los cuentos del hoy,
Recuerdos y más recuerdos.
El silencio se desordenaba entre mis memorias,
Mientras Pandora se reía con mis juegos,
Las palabras se agotaban en momentos,
Las risas las revivían por minutos.
De pronto me detuve sin razón,
Quizás por el miedo a seguir o por la poca convicción al partir,
Era una inconsecuencia del destino,
Un tibio saludo que recibo.
Aquí apareció Galeano y sus dudas,
Y esperaba que alguien me Des-dude,
Pero ésta vez Pandora tenía razón,
Ésta vez soy yo el que quiere seguir con el camino esperanzado.
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